viernes, 29 de julio de 2016

Consumo crítico: unboxing caja sorpresa Universo friki

Mientras estudio las oposiciones necesito escuchar música, y mi manera es Youtube. Dentro de las recomendaciones (ya me dirás por qué) empezarona aparecer cientos de unboxing o, lo que es lo mismo, desembalajes de cajas de suscripción, sorpresa de cientos de productos. Yo, neccesitada de algún producto inservible pero bien mono (lo que hace el neuromarketing) que no suelo comprar me dije: ¿y por qué no hago yo lo mismo? Y aquí estoy.

Como ya he indicado con anterioridad, hasta la saciedad creo, cada compra es un voto, con lo que es básico saber si lo que he hecho, además de un impulso fruto de la ansiedad del estudio, de las decenas de vídeos de gente entusiasmada y, para qué negarlo, lo que me encantan las sorpresas, es también una buena compra y si tiene algo de crítico. 
Compré una caja sorpresa kawaii de 15 euros, más los gastos de envío de otros 5 euros. Definitivamente, me pasaba algo porque no me suelo gastar tanto excepto en Gloria Bonita, que sé que los productos son artesanales y apoyan a varias familias de artesanos. Los productos kawaii son productos cute o monos, de aspecto infantil y con caritas sonrientes por doquier. Originarios de Japón y con mucha proyección y fuerza en Korea, muestran un carácter infantil, sin maldad y también de textura suave y colores pastel. Cualquiera pensaría que hay gente que quiere escapar de su situación con objetos que les recuerdan a su infancia, una época sin preocupaciones y feliz en general. Recordamos que en Japón las normas sociales son muy estrictas y desde que empiezas a trabajar te encorsetan y te obligan a ir con un determinado traje y ya no puedes escaparte de eso. Por no hablar de la presión por tener buenas notas, el protocolo de interacción sin lágrimas, sin abrazos, casi sin sentimientos como los nuestros... En definitiva, el kawaii, el anime, el manga y todo lo demás es una manera de escapar del destino uniformizador y profesional. De ahí esa gran imaginación de creadores/as y de series como Pokemon o Digimon. 

Por otro lado, lo kawaii siempre se ha enlazado con lo femenino. Es más, había un youtuber que hizo un unboxing de una caja kawaii también y los comentarios se llenaron de personas preguntando sarcásticamente: "¿Te gustan las cosas de niñas?". Primero, lo kawaii no tiene género, es como My Little Pony, que gusta a hombres y mujeres por igual. Segundo, el género es una construcción social y, como tal, se puede modificar y mezclar. No todo lo rosa o kawaii es para "chicas" ni todo lo azul y movido es para "chicos".

Centrándome en la caja, como ya he indicado era una caja sorpresa, comprada en Universo friki, una pequeña tienda online española. Sólo por eso me animé: podría ayudar a alguien de mi propio país mientras daba satisfacción a mi casi necesidad de comprar (ya he caído en las garras del capitalismo). Lo cierto es que el sobre me llegó en nombre de un chico, no de una empresa, con lo que imagino que o está empezando o le pillé en vacaciones al responsable y lo tuvo que enviar como individual, que puede ser perfectamente. Lo triste es que no tengo más información de la empresa, dado que no aparece en la descripción y tampoco hay más opiniones en la red. Con esto no puedo seguir el balance del bien común como pretendía hacer, dado que me falta datos. 
Los productos son en gran parte hechos en China, aunque también hay fabricados en Korea. Del primero no podemos esperar buenas condiciones laborales, aunque han empezado a demandar mejoras de las condiciones laborales. Sobre Korea no tengo datos, pero creo que están un poco más protegidos que en China, con lo que punto positivo. Respecto a su huella medioambiental, es alta. Si vienen desde allí y después se envían desde Cádiz hasta Valencia... os podéis hacer una idea. Los materiales son buenos pero no se indica si son tintas al agua, tejidos sin tintes tóxicos... Aunque, por supuesto, no he comprado una caja de productos ecológicos y no se pretendía que fueran eco-friendly. 
Sobre su uso y durabilidad... Algunos tenían mejor aspecto que otros y tienen buen acabado, de calidad. Aunque gran parte de ellos son un extra innecesario. Quiero decir, demasiado plástico en algunos casos, demasiada tela en otros. ¿Y para qué? Para calmar las ansias de cosas monas de personas como yo. Hecho que, por cierto, se reducirá cada vez más sabiendo cómo está saliendo este análisis.

Bueno, el aspecto desembalado era el siguiente:


En total seis productos de tamaño mediano y pequeño y uno sorpresa con un "Thank you!". Lo que más me gustó es el monedero y el portacepillos de dientes, aunque Rilakuma no es el que más me interesaba. Por cierto, este personaje es utilizado por el Gobierno japonés para realizar anuncios y recomendaciones sobre alimentación, salud, etc. Vamos, que ya me gustaría a mí haber tenido una publicidad gubernamental con un personaje así, le habría hecho más caso, sinceramente. 
Mis favoritos

Lo siguiente que me llamó la atención fueron los colgantes para la mochila, móvil, etc. Esto es, un conejo blanco (me imgaino que será por lo de la suerte) y un squeasy (para apretar, vamos) de pastelito. El segundo olía bien, eso no lo voy a negar y ambos eran moninos, sin embargo son un poco extraños. Eso sí, los veo de calidad, así que por lo menos durarán. 
Un vídeo del conejito para que se vea bien: 
 

 Por otro lado, tenemos la reina de lo kawaii, la papelería. ¿Qué nos pasa a muchas personas con la papelería que nos volvemos locos cada vez que lo vemos? Pues, me imagino que no pensamos en cómo está hecho o qué significa consumir en masa este tipo de productos. Pero, ahí va:
¡Ojo!
He de admitir que el boli de la Torre Eiffel me dejó con la boca abierta. Se puede dejar de pie y escribe bien. Además, la forma es original y, dentro de la caja es de lo mejor.

Respecto a las pegatinas, son made in Korea, tienen volumen y son realmente bonitas. No soy de utilizar pegatinas, pero seguro que para completar algún regalo van de lujo. Por lo menos tienen animales... 

Finalmente, también venían unos pendientes verdes con la cara de unos conejos. Siento no poder ponéroslos pero mi cámara (la del móvil) no acepta primeros planos y salen con una calidad pésima. Los pendientes me gustaron aunque no uso los que no cuelgan, dado que se me pierden, mi oreja es más amplia que la media y se escapan. 

Después, un regalo sorpresa que, en este caso, era una especie de pastillero con goma y sacapuntas con forma de chocolatina. La goma, además, huele a chocolate. Esto me gustó pero me habría gustado que fuera sólo el sacapuntas. Eso sí, es un detalle simpático. 


En definitiva, la caja sorpresa vale más la pena respecto al precio, ya que te sale más económica que cada uno de los productos por separado. Llegó casi al día siguiente de cuando aparecía como "enviado", el envío ha sido simple con un sobre con burbujitas, o sea que bien. Por otro lado, es española y siempre está bien ayudar a tu propio país. Como resumen (sobre 10):

  •  Ecología: pongamos un 5. Los productos vienen de China o Korea, están todos envueltos y los materiales no se sabe de qué tipo son.
  • Calidad producto: 8. La verdad es que en este aspecto no me puedo quejar. Todo está bien terminado y si te gusta lo kawaii o quieres regalarlo es una buena opción
  • Envío: 10. Rápido y seguro sin ser demasiado lleno de materiales inservibles.
  • Resumen: para un regalo va bien, para tí mismo/a también si te gusta este estilo de producto. Más si te gustan las sorpresas. Puedes poner qué producto prefieres o cuál no, así que es bastante flexible.
Eso sí, por temas de utilización de recursos y que no es muy "usable", quiero decir, que no son productos que puedas utilizar durante mucho tiempo con muchas aplicaciones y que, gracias a eso, se reduzcan los gastos medioambientales, se debería consumir con moderación. ¡No os dejéis llevar por el ansia de cositas kawaiis! O por el ansia de comprar sin más. Pero, si lo hacéis, buscad algún producto o empresa que tenga algún extra añadido, ya sea la nacionalidad, su tamaño, la calidad de sus productos...



viernes, 17 de junio de 2016

Debate a 4 o cómo perder la esperanza

Después de la no formación del Gobierno, después de una repetición de la campaña electoral y también un cambio de discurso especialmente en Unidos Podemos (casi la única novedad es la unión de Podemos y Unidad Popular- Izquierda Unida), llegó un debate a 4. El primero con el Presidente del Gobierno y el resto de fuerzas políticas con posibilidad de gobernar o, al menos, de pactar.

Yo acudí a la cita feliz, con ganas de ver algo parecido al debate a tres de las anteriores elecciones, con candidatos lanzándose puyas e intentando "pillar" en contradicciones a su adversario. Pero, nada de eso pasó. Seguramente, fue causado por el formato, más acartonado que el debate a tres. Y también por los propios candidatos, menos agresivos, dado que ahora sben que tienen que pactar y eso reduce su fuerza dialéctica. Además, también el electorado deseaba comprobar que no se iban a tratar como en las anteriores elecciones, donde después de lanzarse acusaciones y afirmar que no iban a pactar unos con los otros terminaron pactando, y no era una opción "natural". Total, nada más empezar, me aburrí. 

El plató y la puesta en escena
Nada más empezar, me fijé en el plató, que no era nada dinámico. Con un gris horrible, sin ninguna pantalla ni iluminación especial. Sí, era más ecológico si se quiere, más simple y puede que ya esté acostumbrada (mal acostumbrada) a ver cientos de luces led, pantallas en alta definición, etc. 
Aún así, el plató no era lo peor. La música inicial, que parecía haber salido de los '80, pero sin el dinamismo de esa época, los errores en la realización, el hecho de no ver al mismo tiempo que alguien hablaba la reacción de los demás o al menos de la persona que era citada. Tampoco ningún plano que estuvierra fuera de la linealidad. Nada original, vaya. 

Los temas tratados
Además de que los tres bloques eran muy generales y aunque los moderadores intentaban centrar el debate (eso sí, a partir del segundo bloque), cada uno se centraba en sus propias críticas a los demás y en el discruso que tenían aprendido y querían decir: pacta conmigo, por tu culpa no hay Gobierno, era a copia del PP, etc. 
El gran momento de indignación fue cuando Ana Blanco preguntó por la violencia de género. Pasaron por encima, y alguno ni siquiera dicieron nada. Un  tema tan importante y que va en aumento, sólo ocupó 20 segundos. 20 SEGUNDOS. Por no hablar de la conciliación, creo que tocado sólo por Unidos Podemos y el Partido Socialista y también sólo una intervención. 
Ecología, casi nada, excepto el cambio de modelo productivo, que incorporaba algunos temas. Refugiados, sin medidas concretas ni cifras. Jóvenes y paro juvenil, algunas menciones. Total, casi todo centrado en la regeneración política, lucha contra la corrupción y la parte económica del presupuesto. Como si fuera lo único que nos importa o que nos tuviera que importar. Claro que la regeneración es necesaria, básica. Y poco se está haciendo. Pero, para llevarla a cabo sería necesario una política conjunta: modificación código penal, más recursos para investigación de corrupción, mejores y más grandes juzgados, etc. 

Superficialidad
En definitva, todo muy por encima. Y, además, con acusaciones como de financiación ilegal, de estar en consejos de administración, etc. El partido del Gobierno ha hecho cientoss de políticas a las que atacar, a las que poner muchas objeciones, ha tenido gestos horribles, declaraciones desafortunadas, se ha perdido dinero de cientos de partidas... Y me dio la sensación que, aunque sí que se habló de ello, fue muy superficial. ¿Cómo se puede pasar por encima de estos últimos cuatro años? ¿Cómo es posible que no se incidiera en la mala gestión? 
Era todo indignante. Por no decir extraño. Sí, todo era estrategia política, para centrar sus esffuerzos en comunicar lo que querían, pero por ello nos dejaron a todos/as con cara de circunstancias. O, al menos, ese era mi caso. A los diez minutos ya estaba viendo la retransmisión alternativa de Twitter y las cuentas que sigo buscando algo de animación, y ni aún así. Mi madre, leyedendo una revista, mi padre durmiendo. Admiro a la gente que lo seguía en las sedes de los partidos y animaba, cual partido de fútbol.
Que, ya que estamos, ojalá la política despertara tantas pasiones como el fútbol. Nos iría a todos mejor.

En definitiva
Un debate lento, aburrido, y que ni siquiera los moderadores consiguieron llevar con facilidad, dado que los participantes iban un poco a la suya. Por ser atípico ni los juegos de bingo o de chupitos del debate acertaron con la mitad de los temas que iban a salir. Una decepción, porque suelen acertar. No es ni científico, ni mucho menos cierto, pero es simpático tomarse los debates con algo de humor. 
Ni los temas que me interesaban (ecología, igualdad de género, cambio en modelo productivo, energías alternativas, respeto y protección medio ambiente, agricultura ecológica, mejora en las condiciones de trabajo de los/as jóvenes) se tocaron con el tiempo que, a mi modo de ver, necesitaban y se merecían, ni se tuvo una idea clara de qué se proponía o qué tipo de alianzas iba a haber tras las elecciones. No sirivió de mucho el debate, salvo para certificar que tenemos unos representantes bastante básicos.

viernes, 3 de junio de 2016

Películas politológicas (I): 'El Olivo'



Imagen disponible en: http://bit.ly/1Ul2H82


Tuve la suerte de ir a ver El Olivo en la fiesta del cine de este año. escuché buenas opiniones de la misma, entre otras en Radio Klara y yo, dado que cuando voy al cine aprovecho para ver películas interesantes y profundas, decidí acudir a la llamada.

He de decir que me encantó: no sólo la fotografía y la banda sonora eran casi perfectas. No llegaba a otras como "La Isla Mínima", por ejemplo, pero acompañaba bien a la trama, que es en lo que me voy a centrar, sin spoilear. La primera parte es la más emotiva, centrada en lo que significa el olivo en la vida de la protagonista y de su abuelo. Esos árboles no son sólo un trozo de madera o un medio para ganarse la vida, sino que son parte del patrimonio, de la identidad del pueblo y que hay que compartir con las próximas generaciones.
Parece una idea baladí, pero no lo es. Durante mucho tiempo se puso por delante la construcción y la especulación urbanística a la agricultura y al patrimonio natural de nuestros pueblos y ciudades. Uno de los ejemplos también podría ser la huerta de Valencia, afectada por diferentes planes de ordenación urbanística y más centrada en construir grandes centros comerciales más que fomentar los productos tradicionales y darles valor. 
Gracias a esta contraposición entre la zona rural y los olivos, llenos de buenos recuerdos y de valores por una cafetería en la costa, por la que la familia rompió con su abuelo y con todo ese mundo, bello pero muy poco rentable económicamente. Además, la inversión tampoco fue bien. Pero, sin entrar más en el argumento, el hecho es que se contrarresta bastante bien mundoo rural y urbano, sentimientos de pertenencia y rentabilidad económica. Finalmente, está la crisis económica y todo lo que supuso en la vida de los protagonistas: no sólo la falta de recursos o la quiebra de empresas sino también el hecho de tener que aguantar condiciones de trabajo penosas y a jefes crátulas. 

En la segunda parte, tenemos el intento de recuperación del olivo. Otra vez vemos contrastes: olivo como marca comercial y una empresa que se salta todos los estándares mínimos. Y, lo que más me gustó: el activismo y la movilización social que, aunque ayudó, no consiguió los objetivos que se pretendían. No siempre se gana por mucho que uno se movilice y haga lo imposible para sacar a relucir todos los trapos sucios de una empresa para presionar. 
Finalmente, me quedo con la esperanza. La esperanza que dan los olivos que quedan y la voluntad de protegerlos para recordar lo que somos y lo que representaban y representan.

En definitiva, a partir de una problemática como es la venta (si no la tala o el robo) de olivos centenarios para viveros que terminaban en países lejanos como Estados Unidos, por ejemplo, se crea una película que trata esta problemática de manera más humana, poniendo a una familia en el centro. He de decir que se nota que es una mujer la directora, por todo el toque humano y sentimental. Es muy recomendable verla, no sólo por el argumento o por las bromas que se hacen, que te hacen sonreír entre lágrimas. Que, por cierto, no suelo llorar en el cine, pero en esta no paré de llorar todo el tiempo. 
Para una película que no te deja indiferente: "El Olivo". No hay que olvidar todo lo que representa el campo, los olivos y árboles monumentales, porque forman parte de nosotros/as, de la cultura, de la identidad, etc. Y, por supuesto, el dinero no lo compra todo.

lunes, 11 de abril de 2016

Aceite de palma, aceite de palma everywhere

El aceite de palma es el mejor producto que han encontrado para utilizar en los productos elaborados.Todo parece perfecto: su rendimiento, la larga duración del árbol, el sabor del mismo, su adaptabilidad... A excepción de sus efectos sobre los bosques tropicales de Indonesia, así como de los animales que ahí viven y de los habitantes de esos países que sufren las consecuencias de su cultivo intensivo. Adiós a los bosques tropicales, adiós a los orangutanes que los habitan, desplazamiento de los cultivos de los otros aceites: girasol y oliva especialmente, más contaminación y menos protección frente a los gases de efecto de invernadero.
Por si no hubiera poco, además ahora está en todas partes. EN TODAS PARTES. Hacer boycot a este producto es complicado, pero no imposible. Así que aquí dejo mis reflexiones.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Fallas y consumo crítico

Incorporo el nuevo vídeo sobre las fallas y el consumo crítico. Porque no sólo se es crítico/a cuando se está manifestando o en acciones de participación convencional, sino también cada ve que se compra algo. Entre ellas comprar churros, entrar en fallas, comprar un blusón, entre otras cosas. Aquí va:

jueves, 4 de febrero de 2016

Pactos y diálogo, esos grandes desconocidos

¡Hola!
Vuelvo a estar por aquí, aunque cada vez tengo menos tiempo. Hoy hablo de la falta de diálogo y la mediatización de las negociaciones o la falta de ellas. También de la corrupción, los niños refugiados y de los premios enfoque. En cuanto tenga algo más de tiempo, empezaré con conceptos politológicos y películas y libros, pero por ahora nada, que tengo que estudiar para el examen de oposiones.


Por cierto, también salgo en el Ignite VLC 11, mi vídeo lo podéis encontrar en la página de este evento o en la entrada sobre los gladiadores políticos. Casi que ni parezco yo ;)


¡Gracias por todo y hasta pronto!

viernes, 1 de enero de 2016

¿Quién teme a los pactos?

Tras las elecciones generales, ha pasado lo que tenía que pasar: no hay mayorías suficientes para formar Gobierno (al menos en primera vuelta). Y esto parece que no gusta a nadie: inestabilidad, riesgo en los mercados, subida de prima de riesgo... Y soluciones: gran coalición, unión de la izquierda, pactos PP-Psoe-Ciudadanos, abstenciones para favorecer la formación de Gobierno.
¡Si hasta ha intentado cambiar el sistema de parlamentario a presidencialista afirmando que gobernara la lista más votada! Como si no supiéramos que gobierna quien tiene mñas escaños, nos guste o no. Para ello están los pactos, tanto de gobierno como de legislatura. Hasta se puede pactar algunas leyes concretas. Sin embargo, parece que la estabilidad es el único valor válido para mucha gente. 
En el vídeo explico un poco más (dentro de las limitaciones de ser primero de año) las diferencias entre sistema parlamentario y presidencialista y por qué no debemos tener miedo a que se pacte, o incluso a nuevas elecciones. Así podremos saber quién negocia y quién no, por qué no se llegan a acuerdos. Y, por qué no, quién bloquea o, simplemente, si saben negociar nuestros/as políticos/as. Esperemos que sí.



Feliz año a todos/as.