viernes, 29 de marzo de 2013

A la búsqueda de la Política






Está perdida. O mejor dicho, está en busca y captura. La política, la de verdad, está escondida, o encerrada  por los/as políticos/as y por el poder. No sabría decir qué poder exactamente, si el financiero/ económico, el social, el político y /o el de cada uno de nosotros, ciudadanos/as. 
Como ya dije hace tiempo, en uno de los primeros artículos de este blog (del que llevo ¡97 artículos!) la política es (definición académica donde la haya) el proceso de toma de decisiones en entornos plurales y para la aplicación de la misma podrá ser utilizada una fuerza considerada legítima. Pues bien, muchos autores añaden que la política es poder (muy al estilo Maquiavelo), otros que la política es diálogo, otros más en que es la gestión de los objetivos y políticas comunes. Pues, bien, ¿dónde está ella? ¿Qué ha  pasado con la que tendría que ser el centro de todos los sistemas democráticos? Pues bien, está en peligro. Olvidada, escondida, ahogada podríamos decir. 
Todos se quejan de ella, o más bien de sus "seguidores" los/as políticos/as. "Todos son iguales". Cada vez que decimos esto, sabemos que estamos tirando encima suyo más tierra. Además, durante mucho tiempo hemos dejado (mayoritariamente por no hacer nada al respecto durante los años de la Transición y también durante los años de bonanza) que la política perdiera (en gran parte) esa energía y legitimidad inicial, cosa que ha ayudado a que en la actualidad no tengo suficiente arraigo y/o fuerza en el sistema. Por otro lado están los/as propios/as políticos/as, muchos de ellos/as más centrados en sacar provecho de su posición que en gestionar los bines comunes, o también generar las suficientes condiciones de diálogo y comunicación, tanto con los otros partidos como, sobretodo, con los/as ciudadanos/as. Parece que lo hagan a propósito, lo de buscar una mala prensa... Más adelante, y sobre todo ello, tenemos a la finanza, a los grupos de poder económico que influyen sobre las personas que forman parte de la política y del sistema. Para estos, no es positivo tener un buen espacio compartido de diálogo público, donde se escuchen las prioridades de los que pagan en gran parte el funcionamiento del Estado (recordemos que muchos d estos grupos no pagan impuestos, o pagan muy poco gracias a SICAVS y demás derivados y facturas en b). Es mucho mejor tener a clientes, o a subordinados que a ciudadanos delante, para estar a salvo de las acusaciones (justas) hacia ellos.  
Y, bien, hasta ahora solo he dicho lo mismo que escuchamos a todas horas de parte de muchas asociaciones y grupos ciudadanos. ¿Cómo se saca a la política de su tumba? Y, lo que es más importante, ¿cómo se saca a la luz además de manera relativamente íntegra? La respuesta es rápida, por la cultura política, esto es, por el conjunto de actitudes, prácticas y opiniones de los/as ciudadanos/as hacia la Política. Tal y como están las cosas en la actualidad, podríamos decir que no es problema de la base, sino más bien de la cúpula del sistema, que es la que mejor conoce los puntos débiles, para sacar partido de él. 


Justamente por ello, también se necesita un mejor conocimiento del sistema por parte de la base (de todos los ciudadanos). Al mismo tiempo, la partida en educación está siendo reducida, justificado por las obligaciones de déficit por parte de Europa, con lo que no todo el mundo tiene a su disposición todos los elementos para "defenderse", o al menos no de manera "oficial". Sin embargo, cada vez más asociaciones u organizaciones, recogiendo esta necesidad, incorporan ideas sobre el sistema electoral y sus efectos (el 15M con las elecciones), entre otras cosas. Gracias a esto, una parte está medio cubierta. Pero, claro, no todo el mundo escucha o cree en estas organizaciones. Con la educación, y a largo plazo (no hay que ser tampoco demasiado optimista), muchas cosas tendrían que cambiar. O, al menos, es eso lo que dicen en los libros. 

Como ya dije en uno de mis primeros artículos sobre la cultura política española, estamos mal acostumbrados, más bien cómodos en nuestra situación de pedir derechos sin querer tener obligaciones. Por supuesto, con la crisis nos estamos dando cuenta de muchas cosas que hasta ahora no reconocíamos, esto es: la importancia de lo público como garante de la igualdad y del Estado social (o incluso del Estado sin más), que haya una comunicación directa con el Parlamento y que se puedan hacer llegar a él proposiciones de ley (recordemos la de la dación en pago, un récord en firmas), que haya posibilidad de penalizar a un/a político/a por una mala gestión (en esto queda mucho camino por delante), disponer de los recursos y  de los medios suficientes para garantizar tanto la igualdad como el mínimo de subsistencia... Pero, todo esto surgió de muchos momentos de reivindicaciones y también de movimientos del poder para acomodarse a las nuevas situaciones. El Estado del Bienestar se desarrolló para calmar a una población que podía ver los regímenes comunistas como garantes de la igualdad y de la seguridad social. Igualmente, la gran mayoría de cambios surgieron de luchas, de reivindaciones, de ciudadanos/as. Como en la actualidad. 
Por supuesto, muchos/as leeréis esto y diréis: "Educación política, muy bien... Pero, hagamos lo que hagamos no nos escuchan. Por de pronto, nos toman por terroristas o como niños". Tenéis razón en esto, pero son las reivindaciones intensas o largas en el tiempo las que consiguen cambiar algo en el futuro. Y, claro, ante todos estas barreras que el sistema político impone para defenderse (es un poder, tiende hacia el status quo), han surgido las nuevas formas de participación política, de las que creo que ya he hablado anteriormente. Tomar plazas, hacer circular peticiones de cambio de políticas públicas, desobediencia civil (Stop deshaucios es un ejemplo: intentan no dejar que las autoridades hagan efectivas las órdenes de deshaucios), boicots comerciales (por ejemplo, a Mercadona por haber estado implicada (supuestamente) en los tráficos de influencias en el Partido Popular (conocido como "comprar influencias")), sentadas, boicoteos de páginas web (hablamos de Anonymous), no pagar ciertas tasas (en Cataluña, para empezar)... 
¿Qué es lo positivo de todo esto? No quiero quedarme con lo negativo, porque estaríamos todos llorando a todas horas. Además, siempre hay algo positivo. Pues bien, que hay mucha gente que antes era apática o pasiva políticamente, que ahora ha pasado al equipo de los gladiadores políticos o, al menos, al de los activos políticamente. Sí, sigue siendo en formas políticas "alternativas" o no oficiales. Pero, como el título de mi blog, política somos todos, en cada una de las acciones que hacemos en relación con cualquier parte del Estado. 
Poco a poco se está mejorando nuestra actitud ante el poder (no podremos estar encima, pero al menos sí al lado), y nuestra reivindicación hacia lo que tendría que ser la Política, la Idea platónica, el objetivo de toda sociedad que se precie. Me gustaría quedarme con una de las frases del 15M, muy reveladoras: "Hemos sido los hijos de la comodidad, pero no seremos los padres del conformismo". Eso ya es un cambio en la cultura política, solo se necesita que se continúe. Las crisis no tienen nada positivo. Nada salvo que nos damos cuenta de lo que importa y después somos más sensibles hacia ellas. No dejemos que la Política muera. Nos va mucho en ello.  

sábado, 16 de marzo de 2013

Nuevo papa: ¿cambios?

Casi todas las televisiones se hacían eco de la noticia: Benedicto XVI dimitía (las malas lenguas decían que por todos los escándalos del Banco Vaticano y los casos de pederastia) siendo el primero que lo hacía. Y, después de largas discusiones, llegó Francisco I, que no estaba en ninguna de las porras de posibles candidatos, dejando a muchas personas que tienen una visión del poder amplia (véase yo) un poco decepcionados. 
Pero, ¿hasta qué punto es algo novedoso? El primer punto, la novedad: no ha salido desde los "esperados", aunque muchos dicen que es la costumbre. ¿Sabemos que no es un movimiento pensado con anterioridad? La verdad, no, pero esto no es lo más importante. En lo que la prensa se centró fue en sus características: argentino, jesuita, cercano a los pobres. Personalmente, me sorprendí. "Cercano a las ideas de la teoría de la liberación": yo subí una ceja. Esta corriente está bastante escondida y poco promovida (por no decir que es minoritaria y despreciada) por la cúpula de la Iglesia. Es argentino, del Sur, siendo un cambio con respecto a todos los Papas contemporáneos (creo que incluso de todos los Papas), de los países "pobres". Jesuita, cosa que confirma estas ideas. lo de cercano a los pobres lo vimos después, con las manifestaciones a su favor en varias de las capitales de Latino-américa y especialmente de Argentina. 
Su entrada en escena: seria, sin alegría, como si le hubieran impuesto el cargo, sin elegirlo. un simple "¡Hola!". Eso sí, una broma, al estilo argentino que fue recogido con grandes aplausos por la multitud. Después de la primera impresión, llegaron las malas noticias: él tampoco se escapaba de pasado oscuro: no condenó la Dictadura argentina. Bueno, la Iglesia (más bien su cúpula) siempre (mayoritariamente, excepto muy pocas excepciones que merecen todo el respeto y admiración) está cercana a este tipo de sistemas políticos, no era una novedad (al menos no para mí). Y, más aún, acusó de estar cercanos a la guerrilla a dos sacerdotes, estos sí de la Teoría de la Liberación, por vivir en barrios populares. Esto, claro, no es oficial y no se puede confirmar, con lo que no lo utilizaré como arma. Finalmente, están  las declaraciones sobre la homosexualidad y sobre las mujeres que se le atribuyen, demoledoras (las mujeres solo sirven para estar en casa y criar niños). 
Bien, con todo esto, ¿qué podemos decir? Que sí, que tiene un aspecto novedoso, parece distinto y solo por la corriente en la que está, tendría que aportar algo nuevo. Eso sí, tiene por delante una gran carga de trabajo: solucionar (u ocultar que es más común) los problemas del Banco Vaticano, con inversiones peligrosas y mal administrado; modernizar (o no) la Iglesia en materia de reproducción y contracepción; y realizar acciones intensas en el campo de la pederastia. Por no hablar del reducido número de nuevos sacerdotes, y el poco rol que tiene la Iglesia (digo, el Vaticano, no las asociaciones que dependen de ella, como Cáritas que se financian casi solos) en los temas de la pobreza y la crisis. Por no hablar de la situación de la mujer en los órganos de poder de la Iglesia, nula. 
El hecho más remarcable de su antecesor fue que se abrió una cuenta de Twitter. El resto de temas fueron tocados, pero no con mucho tacto, podríamos decir. También he de indicar que realizar cambios estructurales debe ser muy complicado, porque dentro de la Iglesia domina el sector continuista (medieval) y no el más innovador o más cercano a la realidad social. Es un poder, además, no democrático en el sentido amplio (ni siquiera censitario), con luchas de poder, intereses económicos y mantenimiento del status quo. Estoy convencida que se han dado cuenta de la delicada situación en la que están, con una pérdida de legitimidad en los países desarrollados, una mínima participación en las liturgias (véase misas), una reducción de sacerdotes, situación económica deficitaria de ciertos monasterios que les obliga a irse de muchos pueblos del interior, deslegitimación por culpa de no modernizarse (aunque sea un mínimo) y por no pagar impuestos o utilizar leyes a su favor (en España en muchos pueblos), no excomulgar a todos los casos de pedofília, etc. Pero, todo esto se compensa con la subida en países del Sur, como Argentina. Los próximos años girarán alrededor de Latino-américa: el mundial, las olimpiadas, el crecimiento económico, ahora el Papa. 
Finalmente, desearle mucha suerte al nuevo Papa y mucha fuerza de voluntad para cambiar las cosas. En tiempos de crisis, se necesita de instituciones en las que apoyarse. En la lucha Estado- Iglesia, yo soy más cercana al primero (influencia de Maquiavelo), pero puedo entender que mucha gente lo necesite. Por ello, no decepciones a tus fieles (el resto estamos curados de espanto a estas alturas) y a tus potenciales fieles (aplicación de la racionalidad económica, me vuelvo peligrosa), especialmente a los que más necesitan ese apoyo. Por la parte de los no fieles, siempre encontraremos algún punto negativo (es lo que tiene el escepticismo), pero al menos no lo tendremos tan fácil. Con vuestro poder (también económico) las cosas podrían ir mucho mejor. No dejéis que el Vaticano sea la copia en escondido del poder de los Borgia (o incluso peor).