lunes, 7 de junio de 2010

Los funcionarios... esos grandes desconocidos.




¿Por qué digo esto? Pues, porque al mismo tiempo que el empleo de funcionario es el más deseado por los españoles (según las últimas encuestas), prácticamente todos los españoles aceptan que se recorten sus salarios.
Nadie ha pensado que los funcionarios (esos grandes desconocidos) consumen, igual que todo el mundo, y que son necesarios, por mucho que nos duela, ya que no se ha creado ningún robot que tramite por sí mismo los casos judiciales, dé clases, multe a los infractores...
Pero, ¿quiénes son los funcionarios? Pues, ni más ni menos que los que tienen un empleo pagado por el Estado, es decir, por todos los y las españoles y españolas, y que lo han conseguido vía oposiciones y que están en su puesto porque son los mejores de su promoción. ¿Cuáles son los puestos pagados por el Estado? Pues, los que son considerados de interés público, es decir, Administración, Educación, Defensa, Sanidad.
Pero, en España hay una situación particular: no se tiene respeto por los funcionarios, pero sobretodo no se tiene respeto por los de la Administración, y menos por los de educación no universitaria. De los primeros se dice que son unos vagos y poco productivos, de los segundos se dice que tienen demasiadas vacaciones, que viven muy bien y que se toman demasiadas bajas.
Ante esto yo pregunto: ¿quién se supone que tiene que administrar el Estado de Bienestar? Si estamos en una democracia, y en un Estado protector, es necesario tener personas que presten servicios, y que tramiten las solicitudes. Podrían ir más rápido, sí. Podrían ser más eficientes, sí. ¿Tienen la culpa ellos de la baja productividad? Me temo que no. Por mucho que tú quieras trabajar a alto rendimiento, si no tienes un buen servicio informático, si tienes por encima a un jefe o jefa que responde a intereses partidistas, si estás rodeada de empresas que los ayuntamientos han contratado para sustituirte, ¿cómo vas a mejorar? Pero, nadie se fija en las sucesivas privatizaciones de los servicios públicos, en las empresas que incorporan los partidos políticos para beneficiarse de estos servicios, el congelamiento (sí, digo congelamiento) de salarios desde hace tiempo.
En lo que respecta a la educación, de todos es sabido que los profesores son mal vistos. ¡Como si no fuera difícil intentar educar a tus alumnos en clases de treinta personas, sin material escolar adecuado, con cinco nacionalidades diferentes...! Y, eso sin hablar de los sucesivos cambios en las Leyes de educación (yo, personalmente, he pasado por tres distintas), que les obliga a cambiar el temario, la tipología de las clases...
Pero, me sorprende que nadie incorpore críticas al Ejército. ¿Qué sucede? ¿Ahora los que gastan más son las Administraciones Centrales y Autonómicas y no una entidad que se gasta cientos de miles (por no decir millones) en armas y vehículos militarizados? Lo primero, cada país tendría que tener lo mínimo para defenderse en caso de ataque.
Las fuerzas de seguridad son las mejor valoradas.
Sinceramente, nos tendríamos que fijar más en lo que gastan los jefes de esa Administración, que, por cierto, la gran parte no son funcionarios (quiero decir, funcionarios que han pasado por un examen) sino puestos por algún partido político. Y, más allá de los Altos Cargos de la Administración, a las instituciones que representan al Estado español: Congreso, Senado, Ministerio de Defensa, Consejo General del Poder Judicial... (para más información acudir al periódico Público, en la edición de ayer, noticias de portada)Pero, sobretodo la Casa Real. ¿Quién se ha preguntado cuánto gasta esta institución y en qué?
Así, no vayamos contra los funcionarios, que son trabajadores como cualquier otro, con su trabajo asegurado, eso sí, pero nada más. Además, ese trabajo se lo han ganado por méritos propios, cosa que no se puede decir de muchas empresas y partidos políticos. Tenemos que centrarnos en lo que hace que la Administración no funcione bien, desde el soporte informático hasta la incompetencia de los "jefes" (siento repetir este concepto tantas veces).
Porque, si eliminamos a los funcionarios, le reducimos (aún más) el salario, ¿quién se supone que va a consumir en época de crisis? ¿Quién va a tramitar las tan necesitadas becas? ¿Quién va a educarnos? ¿Con qué medios vamos a pagar la Sanidad, si esta fuera privada?
¿Por qué, si está tan solicitado el trabajo de funcionario, se tiene tan mal considerado a éstos?
Como decían en un programa de TV3: "Pensem-hi, si us plau, pensem-hi". (pensemos, por favor, pensemos)