viernes, 10 de octubre de 2014

"El dinero: de fin a medio", de Christian Felber

La semana pasada acudí a la presentación del libro de Christian Felber, autor conocido por "La Economía del Bien Común", llamado, a forma de resumen: "El dinero:de fin a medio". Si ya habéis leído artículos dentro de este blog, ya sabréis lo interesada que estoy  en la EBC. Y, el presente libro, se centra en desarrollar la parte económica de esta teoría, muchas veces criticada por su ingenuidad o, en algunos casos, por intentar disimular los errores del capitalismo con una teoría menos ideológica que otras opciones, como el comunismo. 
Pues bien, centrándome en lo poco que se llegó a hablar sobre el tema del dinero (introdujo mucho la EBC, cosa que ya he tratado en otros artículos de este blog, invito a que miréis la etiqueta "EBC" y en "alternativas"), he de decir que, como siempre, me sorprendió. Felber, en este libro, desarrolla los conceptos de Banco del Bien Común, así como la Bolsa del Bien Común. El primero sería una modificación de los bancos tradicionales, esto es, los encargados de prestar y mantener seguro el dinero. Pero, en este caso, además de la rentabilidad o de las posibilidades de pagar un préstamos determinado, también se tendría en cuenta si el proyecto dispone de un valor mayor por sus objetivos, valoración dentro del Balance del Bien Común, consecuencias positivas en su entorno por innovación social, ecológica, etc. 
De esta manera, se conseguiría también primar a aquellos proyectos que no buscaran únicamente la rentabilidad económica como centro de su actividad, sino como un medio para realizar un servicio apto para una sociedad determinada. Aunque no lo dijera en la presentación, imagino que incorporaría también (gracias a la lectura del libro "Economía por el Bien Común") límites o modificaciones respecto a las inversiones de este banco: ni armas, ni deuda pública (con fines especulativos), ni mucho menos otras entidades con poca ética y/o que vayan en contra de los mínimos de la legislación internacional: respecto a las condiciones de trabajo, a la contaminación ambiental, a las posiciones de monopolio, etc.
Respecto al tema de la deuda pública, también habló de la importancia de preguntar a los europeos qué modelo de Banco Central queremos o preferimos: algo parecido a la Reserva Federal Americana, un nuevo modelo que compre deuda para evitar la especulación con los títulos, o incluso el actual. Lo ideal sería que se abriera el debate sobre esta institución, para que fuera aceptado y legitimado por las personas que forman parte de la Unión. 
Yendo hacia el segundo punto, la Bolsa del Bien Común, sinceramente, no lo entendí del todo bien, y por ello pido perdón a los/as lectores/as. Creo que era el complemento al Banco del Bien Común, y se aceptaban también las inversiones de capital riesgo, entendidas no tanto como aquellas que buscan la recuperación rápida de la aportación de dinero a cambio de, en muchos casos, realizar acciones por lo menos reprobables moralmente, como EREs masivos, cierre de plantas, cambio de titularidad, reducción drástica de salarios, etc. La Bolsa, según lo he entendido, es parecida a la Bolsa normal, pero reduciendo la especulación, y todo lo negativo que tiene esta institución. Se tiene como objetivo, pues, disponer de un lugar para financiar a las empresas, pero sin por ello llegar a pasar por encima de cualquiera de los otros valores o principios que la EBC dispone, esto es: participación, solidaridad, democracia, igualdad, ecología. 
Algo muy alejado de casos como el de Bankia y sus tarjetas black, entre otros muchos casos de financiación a la industria armamentística, la compra masiva de deuda pública de terceros Estados, etc. No es un hecho menor, ni mucho menos. La idea es, pues, que el dinero sea utilizado para generar valor en la sociedad, y no únicamente un valor monetario. Esto es, ser un medio para "vivir bien", como en la imagen, y no un fin por sí mismo. Gracias a este "pequeño" cambio, por lo tanto, habría una verdadera modificación de todo el sistema. 
Por supuesto, este modelo está muy bien por parte de la ciudadanía, que tendría más voz y más posibilidades de ser financiada, pero, al mismo tiempo, dispondría de mucha oposición por parte de los bancos tradicionales, perjudicados por este nuevo modelo. Como siempre, hacer una indicación: nosotros/as decidimos qué modelo queremos. Y con gestos muy simples: una compra en un comercio que acepta la esclavitud de sus trabajadores/as (mirar, por ejemplo, la lista de contratistas de los talleres de Bangladesh), que contamina como principio, que es un monopolio u oligopolio (el caso de las empresas eléctricas, e incluso de los bancos en la actualidad), etc. En el caso de los bancos: con nuestros ahorros, nóminas, pagos con tarjetas... 
Si no nos gusta su modelo, ¿por qué apoyarlos con éstos? ¿No es mejor buscar otro tipo de banca: cooperativa, ética, solidaria...? Todas éstas están incorporadas en la propuesta de Felber de la banca del Bien Común. ¿Podemos ayudar a llevar a cabo esta idea?