jueves, 10 de noviembre de 2011

Llamamiento al 15- m (y a tod@s l@s indignad@s)

Estamos en campaña, eso ya lo sabemos tod@s. Mucha gente la observa con indignación, otros con poco interés, otros ni siquiera prestan atención a los debates, actos... Por un lado, recomiendo todos los discursos, especialmente si son en persona (tipo miting o acto sectorial). Todo puede sonar incomprensible, pero si te fijas bien todo está preparado. Y, aunque sea solo por eso, vale la pena ir. Además, te das cuenta de las ideas de los partidos más o menos en su conjunto, aunque siempre viene bien leer parte de los programas políticos para saber por dónde puede ir el siguiente gobierno, para saber a quién votar. Gracias a esto tu voto está fundamentado.
Pero, centrándonos en el tema del artículo, he notado que mucha gente se está planteando no ir a votar, abstenerse. Y, según las estadísticas, este porcentaje no es bajo... por otro lado, veo a muchos movimientos sociales a los en cierta medida admiro por su originalidad en un principio, llamando al voto en blanco. Bien, ninguna de las dos fórmulas va a conseguir nada, simplemente, favorecer al primer partido o a los dos primeros. Ya he hablado muchas veces de esto y he citado a muchas páginas web que hacían sus aportaciones y explicaciones sobre este tema. Pensemos en una cosa. Si queremos que haya un cambio en la Ley Electoral, en las diferentes Leyes sobre derechos sociales, una democracia más participativa (real es, lo que sucede es que es solo procedimental, es decir, solo se participa mediante el voto y poco más; es un proceso de renovación de las élites políticas), y todas las reivindicaciones que han presentado movimientos como el 15 m y las diversas plataformas relacionadas con él, se tendrá que elegir a unos representantes que sean lo más afines o los más capaces de realizar este tipo de tareas en el Gobierno o, si se quiere, el menos crítico ante ellas.
Porque si no vas a votar, estás consiguiendo que voten por tí, que otras opiniones estén por encima de la tuya, que se impongan. Tu opinión no es escuchada. Se ha conseguido justo lo contrario a lo que querías. Aunque haya una abstención muy grande, los escaños se seguirán repartiendo, y esto es así.
Por otro lado, si votas en blanco, votas, claro. Pero, con esto, aumentas el número de votos válidos (los que se utilizan para repartir los escaños), con lo que los partidos minoritarios necesitan más porcentaje de votos (más votos, en definitiva) para conseguir representación, en este caso, a nivel nacional. Los escaños se empiezan a repartir en cada circunscripción a partir del 3% o el 5%. Mientras más votos haya, más votos se necesitará para conseguir el primer escaño (que es el más difícil de conseguir). Estarías contribuyendo a que las diferencias sean más grandes.
Otra gente dice que el PP y el PSOE son lo mismo, pero no es así. No es lo mismo, por mucho que ahora la imagen de la política esté desprestigiada y la barrera entre izquierda y derecha se haya desfigurado. Parece que muchos ya tienen asumido que la educación pública va a desaparecer o quedar mermada si se cumplen las expectativas de voto que aparecen en todas las encuestas. Bueno, podemos intentar cambiarlo.
La otra idea es la del Senado. Como no vale la pena (porque es un órgano inútil, porque sobra, porque ahí van los políticos mayores...), no hay que votar por l@s senadores. Vuelvo a lo mismo: si se pretende cambiar algo, ya sea ley, norma, constitución... ésta tiene que pasar por el Congreso y por el Senado. No se pueden cambiar las cosas fuera de las instituciones, por mucho que queramos. Más que nada, porque son estas mismas instituciones las que crean las normas por las que nos movemos. Son un medio para que el cambio que se demanda sea real.
Las movilizaciones sociales que se piensan hacer cerca de la jornada de reflexión e, incluso, cuando las encuestas se vuelvan en realidad, no servirán de nada para cambiar las leyes o para conseguir cambios en la opinión y en la acción del Gobierno (da igual su signo). mejor es prevenir que curar. Es decir, mejor ir a votar por el menos malo de los partidos que permitir que solo uno consiga la mayoría absoluta. No habría nada que hacer, porque la modificación de las normas sería fácil y sin necesidad de consenso.
Otra idea es votar al tercer partido. Pero, ¿hasta qué punto podemos dividir nuestro voto a varios partidos? Porque, claro, divide y vencerás. Cierto que el partido de gobierno está mal, fuera de sitio... pero es prácticamente el único que puede parar el avance hasta una mayoría absoluta del primer partido de la oposición. Para que el tercer partido a nivel nacional, todos los abstencionistas tendrían que votarle al tercer partido (o al cuarto y al quinto). Porque la dinámica de las circunscripciones es así. Con esto no estoy diciendo que no se pueda votar, ni que no sea posible e incluso necesario y justo para un partido de nivel nacional subrepresentado el tener un mayor apoyo. Simplemente, que hay que pensárselo.
He de aclarar que soy una defensora del multipartidismo, porque es bueno para todos, me imagino. Pero, recordad que de nuestros votos depende el futuro del parlamento en general y, por lo tanto, de nuestra vida futura. Ya que nuestra democracia prácticamente solo nos permite votar, y ese es uno de nuestras funciones básicas como ciudadan@s, ¿por qué vamos a desperdiciarlo? Seamos ciudadan@s por un día, por lo menos.