Después del caso de una chica musulmana, que iba al Instituto con hiyab (es decir, un velo que cubre la cabeza y el cuello) y que, a causa de esto ha sido trasladada a otro instituto, para volver a incorporarse al mismo instituto, y pendiente de que se le vuelva a trasladar con los mínimos problemas posibles de cara a la evaluación final.
A partir de este caso, se ha abierto el debate hacia la conveniencia a no de que las alumnas puedan acudir a las clases con el susodicho hiyab, o no. Se justifica que las normas de los diferentes institutos no permiten llevar la cabeza cubierta, da igual con qué objeto. Bien, estoy de acuerdo. Pero, ¿tenemos que dejar que una adolescente deje de ir al instituto o se le cambie arbitrariamente a otro instituto cuando ya ha hecho vida, amigas...? Una cosa es que a una niña se le obligue a llevar el velo, que se podría discutir si es o no una vulneración de derechos (yo, personalmente no lo veo así. Es peor que no se lleva a los pequeños al colegio), pero otra cosa es que una chica que hace vida normal, además del velo. Ya se han visto imágenes donde hacía deporte, como el resto de compañeras. ¿Le tenemos que cortar las alas ahora que había encontrado un lugar donde compartir su ocio?
Muchos dicen: "Cuando nosotras vamos a países árabes nos tenemos que cubrir la cabeza, ellas tendrían que quitárselo estando aquí". Lo cierto es que en esos países no se llenan la boca de que son democráticos, con un bonito y eficiente Estado de Bienestar, cuna de los derechos políticos... Así, somos nosotros los que debemos demostrar que somos democráticos, que los respetamos tal como son y que los defendemos de las posibles amenazas externas.
Pongámonos en una postura extrema. Sé que no está bien utilizar estas posturas porque son poco aplicables en la realidad. Pongamos que no se puede llevar nada en la cabeza en los colegios públicos y concertados. Pero, ¿qué pasaría en los colegios concertados religiosos? ¿Se le obligaría alas monjas llevar la cabeza al descubierto? Me temo que no. ¿Por qué esa diferenciación?
Por otro lado, podríamos considerar que, ya que no tenemos división clara de Religión y Estado, crear Escuelas donde imperase la Ley del Islam, y otras donde se actuase según la Constitución española. ¿Qué conseguiríamos con esto? Pues, que segregaríamos a una sociedad que, gracias a la educación conjunta de diferentes nacionalidades, podría crear a nuevos y más preparados ciudadanos españoles, con nuestros valores, pero con su raíz cultural.
¿Por qué he dicho lo de las Escuelas Islámicas? Pues, porque puede ser que, si a las chicas las obligan a llevar el velo, estarían obligadas a abandonar los centros públicos, y o abandonar la educación o tender hacia una educación religiosa. Y, me temo que no queremos eso.
No me gustaría que cualquier chica musulmana se vea discriminada por cuestión de la Religión de sus padres (porque, puede ser que ella elija cambiar su religión cuando llegue a la mayoría de edad, si se siente diferente), al igual que a nosotros no nos gusta que nos discriminen cuando vamos a otros países. Nos estaríamos convirtiendo en lo que tanto aborrecemos.
Es el derecho a al a educación el que debe prevalecer sobre todos los demás. Es gracias a esta institución a partir de la cual los ciudadanos se forman (además de la familia) y, si queremos que los inmigrantes se integren debemos darles oportunidades, no discriminarlos. Debemos demostrar que nosotros no somos una teocracia.
Si, de verdad queremos ser tan europeos, tenemos que ayudar a la gente que quiere ser española, como nosotros y nosotras. Y, si incorporamos prohibiciones que no tienen en cuenta las diferencias culturales que hay en nuestro país, dejamos la puerta abierta a todas las personas que piensan que los musulmanes vienen a invadirnos, que los rumanos son todos unos delincuentes (como si no hubiera españoles delincuentes), que todos los latinoamericanos están en bandas juveniles... Y, de ahí a posiciones xenófogas hay un pequeño paso.