martes, 12 de octubre de 2010

Campeones 2.0


¿Os acordáis de la serie campeones? Sí, en la que aparecían varios equipos de fútbol, con sus propias super-estrellas a las cuales el equipo seguía ciegamente, hacían volteretas imposibles para unos niños de (máximo) 15 años (y para cualquiera). Se recordará siempre por sus interminables partidos de tres capítulos de duración, en los cuales, los tiros a puerta duraban capítulo y medio.

Pues bien, ahora han sacado una versión 2.0, también japonesa, Inazuma Eleven. Ahora, y eso es lo importante, los partidos duran (máximo) 2 capítulos. Y, no, no son unos niños normales que hacen cosas extraordinarias. No me preguntéis por qué, pero consiguen hacer ataques y defensas especiales, en las que aparecen animales mitológicos, elementos climatológicos (tormentas, fuego), así como elmentos naturales.

Así, hemos pasado de unos niños con grandes dotes futbolísticas (no puede ser que se pase alguien corriendo 30 minutos) a niños medio ninjas, medio futbolistas.

¿Por qué se supone que estoy escribiendo esto? Pues, porque con los años me va gustando cada vez más los dibujos que veía cuando era pequeña, en los años 95 en adelante (antes, no me acuerdo de nada). Además, no sé si os habíais dado cuenta, pero se ve un tipo de poder extraño. Los capitanes de equipo son una especie de general, al que se le debe un tipo de obiencia ciega, al que se le presentan las excusas cada vez que algo sale mal, que representa al equipo entero. Por otro lado, pensad en los campeonatos mundiales que hacían. ¿Qué me decís de los españoles? A ojos de los japoneses (al menos de los dibujantes), éramos todos morenos oscuros, y lo más parecido a la etnia gitana. Lo extraño es que tenían un “español” en su equipo, Mark Lenders. Extraño, ¿verdad?. Los europeos aparecían como algo elegante y sucio a la vez, con los harios alemanes, y los franceses orgullosos.

No sé cómo decirlo, pero... ¿no se podría hacer algún trabajo de las relaciones de poder en esa serie? Porque, vamos, tienen un punto politológico que tiran hacia atrás.

Por su parte, la versión mejorada se centra más (aún) en el esfuerzo para conseguir lo que ellos llaman “técnica definitiva” (muy al estilo de los nombres de las operaciones militares de Estados Unidos), y parece más democrático, tanto en la elección de los capitanes, como en la consideración de todos los jugadores como iguales y necesarios.

Existe una evolución entre los dos tipos de series, no sé si coincidiendo con diferentes momentos históricos.

¿Y si nos han estado inculcando una serie de valores por medio de las series infantiles? Sí, así es. Y esto no tiene por qué ser malo. Yo he terminado estudiando las relaciones de poder (o ciencias políticas), puede ser que por culpa de la influencia de esta serie, que me mantenía pegada a la televisión los tres capítulos por partido. ¿Qué influencia tendrá las nuevas series? Espero que sea positiva.