domingo, 13 de julio de 2014

Consumo responsable: la Certificación social participativa (CSP)

Como ya indiqué con anterioridad, el consumo es una buena arma y un buen elemento de cambio frente a las consecuencias negativas del sistema económico actual. A lo largo de los artículos, iré hablando de varias experiencias que se han ido introduciendo que pretenden modificar las reglas de juego, o que, por lo menos, no continúan las mismas de manera fija. 
La primera de ellas es la Certificación Social Participativa, una forma de certificación que pretende ir más allá de los criterios de las certificaciones tradicionales. Los autores de este sistema, por ejemplo, hablan de los inconvenientes de las segundas como un acuerdo de mínimos, con una única comprobación personal, así como más un desembolso económico que un beneficio real. Frente a éste, está la participación de los/as consumidores/as dentro de la comprobación de todos los aspectos que ellos consideran importantes, desde el propio campo.
  
- ¿Qué es?
Pues bien, la CSP por ahora se ha aplicado en el ámbito de la agricultura, donde un grupo de productores/as se reúnen y ponen en común sus saberes, sus semillas y este sistema. Además, unas normas básicas de qué se espera de su producción, sus productos, su forma de venderlos (venta directa, venta por cajas, etc), y los precios de los mismos. Estos temas vienen por acuerdo, sin ser una imposición para nadie en el grupo. Este grupo se llama ecollaures (eco agricultores).  

A partir de este momento, cada uno/a dispone de su propia producción y sus propios canales de venta, pero se puede llegar a negociar y estar todos en el mismo mercado o espacio. La idea es centrar la producción en la venta directa, para conseguir unos precios justos tanto para el productor/a como para el consumidor/a. Estos/as productores/as irán marcados con una etiqueta especial, el sello, que hace las veces de certificación "oficial". Funciona así: las siglas de la CSP y las siglas de cada uno de los productores, y después el número del año. La Certificación se renueva todos los años, coincidiendo con las visitas de los/as clientes a los campos. Éstos pueden llegar a quitar esta certificación si consideran que los criterios que creían la base de su acuerdo no se cumplen.

- ¿Por qué elegirla? 
En las visitas que he indicado con anterioridad, cada uno de los/as productores es visitado no sólo por sus consumidores potenciales (grupos de consumo, por ejemplo), sino también con todos/as los/as interesados/as por este mismo campo. Además, acude otro/a productor/a para dar su punto de vista técnico y ayudar a los/as consumidores/as a elegir y a entender conceptos que no puedan ser tan simples para alguien que no tiene mucha idea del cultivo de las verduras. Es una manera de acercarse a los campos, a la producción y a la problemática de vivir del campo en estos momentos. Y, sinceramente, después de haber acudido a una de las reuniones, sabes mucho más de lo que estás comiendo que con otra certificación que te dice que es ecológico, pero no de dónde viene, si ha utilizado transgénicos (aceptados en ciertos sellos), o si en su producción se ha utilizado mano esclava.

- Conclusiones:
Hay muchas maneras de consumir, pero las mejores son las conscientes y las críticas, donde se puede demostrar que otro tipo de economía es posible, donde te puedas informar directamente en el lugar de producción. Y donde puedas hacer preguntas y te respondan, un hecho que parece un lujo en tiempos como los actuales. 

- Para más info:
Lista de productores de la Certificación: aquí