viernes, 7 de agosto de 2015

Elecciones (II): primeras medidas

Después de las elecciones, llega el momento de gobernar a los nuevos partidos o a las coaliciones y pactos. Pero, esto ha causado ya muchas críticas, por mucho que haya habido buenas medidas y originales y se hayan destinado recursos que estaban escondidos para reducir las consecuencias de la crisis. Por mi parte, me sorprende que las mismas personas que recomendaban a las personas participantes del 15M a presentarse a las elecciones, ahora estén indignados en cómo llevan a cabo sus políticas y cómo gobiernan.

Pues bien, en Valencia, fue famosa la entrada al Ayuntamiento del nuevo alcalde de Compromís (con el apoyo del PSPV) en bicicleta. Una entrada que enseguida fue tachada de postureo por muchos medios, especialmente Las Provincias, que se centró en que Ribó utilizaba el coche oficial al día siguiente, entre otras muchas cosas. Los mismos medios que, antes, no decían nada del gasto del anterior gobierno en coches oficiales o de la corrupción imperante en casi todos los Ayuntamientos valencianos. Esto mismo, la bici y su uso, ya ha llamado la atención: nuevos carriles bici, una gran ciclovía en la calle Colón, más aparcamientos de bicis, nuevas calles 30km/h, etc. Algo que muchos/as de los/as ciclistas que circulamos por las calles de esta ciudad ya dábamos por perdido. O, por lo menos, muchos agrupaciones ciclistas veían muy complicado que sus demandas avanzaran. 
Explicación gráfica de la relación entre ciclistas y el Ayuntamiento. (Imagen real de un carril bici en Valencia)

El Ayuntamiento proyecta la remodelación integral de la plaza de la Reina de Valencia
Una de las propuestas de la nueva Plaza de la Reina
Independientemente de todas estas políticas de movilidad, entre otras, también son interesantes los nuevos proyectos. Por ejemplo, la peotonalización de la Plaza de la Reina. La verdad, el proyecto no me acaba de gustar en el resultado final (seguro que las terrazas lo ocupan todo, como ahora, y no se mantiene el jardín central), pero la idea es buena: devolver las ciudades y las plazas a las personas que más las utilizan. Y hacerlo, además, vía titularidad pública. Algo, por otro lado, muy próximo a las reivindicaciones del 15M. No sé si se sentirán orgullosos/as con los nuevas políticas públicas, pero demuestra que el movimiento sirvió para algo, y dio sus frutos, con bastante tiempo de distancia. 

Algo que creo que por ahora debemos agradecer al nuevo Ayuntamiento es en pensar en alguien más que en los coches: nuevos aparcamientos para motociclistas (pocos aún), nuevas vías ciclistas, más zonas peatonales...


Pero, lo más sorprendente no han sido las políticas (el número y en algunos casos la originalidad de las propuestas), muchas de ellas incorparadas en el programa electoral, ni tampoco la cantidad y la rapidez con la que se han llevado a cabo, sino la cantidad de críticas que han recibido. Especialmente desde la prenssa conservadora, pero no sólo: postureo, trapos sucios de los/as dirigentes, vidas pasadas de los/as mismos/as, críticas a las políticas como populistas, etc. Un hecho preocupante, no sólo porque para criticar a alguien tengan que acudir a sus vidas privadas (ya que no tienen otro punto débil, no como los anteriores políticos/as), sino por la cantidad de críticas que se pueden llegar a hacer desde medios diferentes y controlados por los mismos grupos editoriales. En definitiva, quieren hacer creer a la población que los nuevos políticos son un peligro para España, cuando no ha habido ni casos de corrupción, ni tráfico de influencias, por ahora es todo público (y se ha hecho mucho por la transparencia), se ha tratado con respeto a las asociaciones y a la sociedad civil, etc. Vamos, lo que se pedía desde hacía mucho tiempo a todos los partidos políticos, sin tener resultado.
Como siempre, Vergara lo explica mejor que yo
Para terminar, me indigna bastante que se critique a políticos/as por llevar a cabo políticas que eran demandadas y necesarias por toda la ciudadanía, y ya se disponia de bastante consenso al respecto: deshaucios, comedores sociales y escolares en verano, más viviendas sociales, nuevas ayudas, recuperación de fondos para sanidad y educación, etc. Puede que las formas no sean las protocolarias, pero me interesa mucho más que se haya hecho más en tres meses que, en el caso de Valencia, en 24 años. 

En otros casos, se les critica por ser aconfesionales o no acudir a misas, procesiones, etc. Bueno, respecto a eso, o se va a todos los actos religiosos de todas las religiones presentes en el Estado, o no se va a ninguna. Además, en principio el Estado se tenía que separar cada vez más de la Iglesia, también en los presupuestos. La idea es que fuera independiente. No creo que ningún creyente se tenga que sentir ofendido porque su representante acuda a un acto religioso. Si lo hace, que sea de manera personal. ¿Cómo se deben sentir los que no creen, los que profesan otros cultos al ver a su representante profundamente centrado en un credo concreto? Me da que en estos casos nos quejamos poco, de ahí que no se escuchen estas quejas. 

Para terminar, sólo decir que necesitan tiempo para actuar. Yo no digo que no haya que criticar (yo soy la primera que lo hago, que quede claro), pero otra cosa es criticar por cualquier cosa: pasado, presente y, ya que estamos, futuro. Con los anteriores Gobiernos se ha tenido más paciencia. Seguramente, porque no causaban tanta ilusión como los actuales
La celebración de Ribó (y el resto de concejales) en la puerta del Ayuntamiento de Valencia (foto: levante-emv.com)