jueves, 26 de noviembre de 2015

Más POLÍTICA y menos Guerra

Como en muchas ocasiones, otra vez se ha pasado por encima de la capacidad que tiene la Política de cambiar las cosas. En primer lugar, mis condolencia por todas las personas que han muerto a causa de atentados o asesinatos indiscriminados. No sólo los/as parisinos/as, sino también los/as sirios/as, los de Nigeria, Mali, Libia, Egipto, incluso Líbano, entre otros muchos de los que ni siquiera sabemos nada. 

No voy a hablar del Estado Islámico, de ISIS o de como quiera llamarse, porque no tengo ni idea de ello, ni mucho menos de estrategia geopolítica en la región siria. Sin embargo, no puedo dejar de alarmarme e indignarme cuando observo que es ahora, y no al principio del conflicto, cuando empezamos a hacer algo. Y, empezamos a hacerlo mal: no hay estrategia conjunta de los diferentes ejércitos implicados, no se tiene en cuenta que ahí dentro hay sociedad, civiles que no tienen la culpa de nada y son los/as que más están sufriendo. Y, no sólo los/as que han permanecido en Siria, también los/as que han huido. Además, ni siquiera se piensa en cortar la financiación o el trato con los países que, se sabe, están financiando a este grupo criminal. Todo muy lógico, como de costumbre. 

Hollande, Valls y la retórica de la guerra:
Después de los atentados, casi lo primero después de todos los cantos de la marsellesa, se lanzó el mensaje: "Estamos en guerra". Perfecto. Por supuesto, están respondiendo a un ataque dentro de su territorio y, ante la fuerza de partidos como el Front National de Marine Le Penn hay que volverse más "fuerte". Pero, una cosa es eso y otra es centrarse únicamente en esa parte del conflicto: ¿qué pasa con la integración de los/as franceses de barrios del extrarradio (las famosas banlieue)? ¿Qué relación tiene el ataque con la presencia de Francia en Mali (excolonia)? ¿Hasta qué punto esto es un intento de esconder algo más?
Como siempre, no me esperaba esto de un gobierno socialista. Y menos de un país que tiene la solidaridad dentro de sus valores fundamentales. Ahora nos dedicamos a bombardear un Estado, como si nos olvidáramos de lo que ha pasado con Iraq y los problemas que causan los Estados fallidos. Y, también, matamos a la posible oposición de Al Asad. Eso en el exterior, pero en el interior nos olvidamos de la integración, de buscar un consenso y un plan para las víctimas de la secta ISIS. Para ir a la guerra sí que se permite endeudarse, pero no para ampliar los fondos de choque para estos barrios. 
Lo importante, en definitiva, es defendernos con las armas, sin importar nada lo que pueda pasar en esa región. Ni ayuda al país, ni a su oposición moderada, ni a la población civil, ni mucho menos un debate serio sobre su futuro. Francia se transforma en el primer país occiental que se apunta a bombardear una ciudad repleta de personas, sólo para ganar rédito electoral. Sólo con esto, no se puede conseguir nada definitivo.  Mientras, muchos de estos barrios o ciudades enteras están bajo vigilancia policial y acusados de no ser franceses/as.

Los/as refugiados/as son los/as culpables
Y, con todo este conflicto y esta situación de excepción, ahora algunas personas empiezan a defender que no hay espacio para los/as refugiados/as y que son los culpables de lo que ha pasado. Recordemos: los/as terroristas eran franceses y belgas, no sirios/as. Además, estos/as refugiados/as vienen huyendo de lo mismo que nos ha atacado a nosotros. Es más, ni siquiera creo que quieran asilo, sino estar en un lugar seguro hasta que pase la guerra. 
Viñeta deSakirk Hader
Aún así, Europa ni pretende aceptarlos ni darles ayuda, ni mucho menos acelerar la solución del conflicto por una vía que no sea la guerra. No me gusta nada Putin, ni mucho menos es mi referente de líder político (sobretodo por su retórica de señor de la guerra, machote-hetero, fuerte, no-influenciable y jefe del mundo), pero dijo que muchos de los países que estaban reunidos en la Conferencia para Siria no sólo compraban petróleo a bajo precio de los terroristas, sino que también vendían armas y financiaban a este grupo. Estas palabras pasaron desaparcebidas, pero tendríamos que pensar un poco en ellas: nosotros, Europa u Occidente si se prefiere, países democráticos, supuestamente pacíficos, referentes de derechos humanos (unos más que otros, la verdad), nos dedicamos a financiar a grupos terroristas por darle cuota de mercado a empresas de armas (que, por cierto, han aumentado sus beneficios con el conflicto). Eso sí, cuando nos atacan a nosotros/as, nos indignamos: "Oye, os he pagado para que ataquéis a países pobres, ¿qué puñetas haces atacándome a mí? Eso no estaba en el contrato", me imagino diciendo a los líderes europeos. 
¿Qué tipo de ética o de importancia moral tenemos para exigir más derechos o a culpar a los/as que huye cuando somos nosotros/as mismos/as los/as que ayudamos a que se extiendan?

Nuestros aliados, primeros financistas
Desde hacía mucho, ya se sabía que Arabia Saudí (otro país muy pro-derechos humanos) estaba financiando a grupos armados de varias partes del mundo. Imagino que para subir el precio del petróleo y mantener su influencia por todo el entorno musulmán. Ya veremos qué pasa cuando lleguen a su propio territorio, no creo que se paren por mucho que les paguen y se accrean sus jefes. 
Pues bien, este país ha sido el primero que ha trasladado su filosofía o moralidad religiosa a lugares donde antes la corriente walafita no existía. Nos indignamos con las imágenes de DAESH despeñando a homosexuales, pero no decimos nada de las ejecuciones de Arabia Saudí a este mismo colectivo; que arrastren a gente hasta la muerte desde una moto es, por lo menos, medieval, pero condenar a alguien a 1000 latigazos es muy normal; que el DAESH no permita la música es horrible, pero que AS encarcele a un bloguero sólo por escribir en su blog (podría ser este mismo), no es tan horrible. Y más si denuncias la persecución religiosa. Divino y coherente todo, ¿verdad? 
De acuerdo, es nuestro aliado, nuestro proveedor de petróleo, la zona está calmada. Sin embargo, es gracias a un régimen dictatorial, en el que las mujeres no pueden ni conducir su coche, por muy ricas o pobres que sean, donde viven a base de trabajo esclavo de los no nacionales. En definitiva, es un país equivalente a la Grecia de Platón (mujeres sin derechos, esclavos para todo y unos pocos ciudadanos participantes en política), pero no puede salvarse por la filosofía como el caso griego. Otra vez, contradicciones a manos llenas. 
Y otra razón más por la que evitar la dependencia del petróleo. 

¿Y la cumbre del clima?
Dentro de poco, se va a realizar la cumbre del clima en París. Una ccumbre en la que todos teníamos unas grandes expectativas. Ahora, muchos/as de los/as manifestantes que ya estaban de camino (por ejemplo, la marcha ciclista por el clima), se encuentran con que no podrán manifestarse para realizar presión porque no es seguro. Vaya. Yo que soy más bien malpensada, creo que han tenido la excusa perfecta. Las marchas ya estaban planeadas, las firmas hechas, las campañas financiadas. No sabéis lo que cuesta organizar esa tipo de movilizaciones masivas para que, de repente, te digan que no es posible manifestarse. 
 

Conclusiones
De una desgracia como la que sucedió en Paris hace nada, se pueden sacar muchas conclusiones y debería ser un momento de reflexión para todos. "Gracias" al atentado es posible que posiciones contrarias se acerquen. Podría ser un buen momento para establecer nuevas directivas y objetivos comunes y no sólo sentirse atacados y responder con todo tu ejército sin pensar en las consecuencias de tus acciones en Siria. La idea es no repetir Iraq, que no es poco. Y más, evitar que estos grupos se extiendan, haciendo llegar a todas las poblaciones cercanas lo mismo que hemos pasado nosotros hace nada. ¿O es que en Nigeria no están muriendo niñas y adolescentes obligadas a explotar con chalecos bomba? ¿O en Libia no viven lo mismo después de nuestra "gran intervención militar"? Si terminamos con el DAESH, lo hacemos en todos los lugares, ayudando a sus víctimas y, sobretodo, cortando su financiación. Sino, sólo atrasamos el problema y añadimos a más muertos a nuestras espaldas.

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